Cuanta mayor paz interior, menos reaccionamos a la incomodidad.

El otro despierta lo que tenemos adentro. Si tenemos odio, vamos a liberarlo; si tenemos amor, vamos a liberarlo; si tenemos paz, vamos a liberarla.

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La felicidad se parece al estado de paz. Sin embargo, en ese estado, la alegría puede o no estar.

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Lo que estresa no es el hecho, es el pensamiento!

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Tendemos a buscar soluciones como un mecanismo de defensa, porque creemos que lo que puede pasar es terrorífico. Entonces nuestras fantasías nos comandan, en vez de dejar que lo que nos dirija sea el sentido de realidad.

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La realidad psíquica depende de nuestra construcción, por eso, elijamos sanamente lo que creamos mentalmente.