Es cierto! Un buen momento mejora tu estado de ánimo por completo.
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Sin embargo, obligarte a estar siempre sonriente y de buen humor, puede resultar una de las razones del estrés y la ansiedad que sentís.
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Nadie puede estar siempre alegre y sin problemas.
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Claro que aceptar lo que te pasa, e incluso agradecerlo, te hace alguien más conciente y te permite ir por la vida más liviano, pero todo lo que fuerces y que no sea genuino te va a traer dificultades en algún momento.
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No sonrías sólo porque es lo que te enseñaron que estaba bien.
Respetá tus propias emociones y sensaciones.
Prestale atención a tu termómetro interno y sonreí, siempre y cuando lo sientas.
Nadie te va a querer menos porque un día no puedas hacerlo!
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Y sin darte cuenta, te estás preservando a vos y a quienes te rodean, y estás construyendo, además, vínculos más sanos y verdaderos.
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Sonreí!
Llorá!
Hablá!
O
Quedate en silencio,
Escuchándote a vos...!
